Un mes y casi medio ha pasado desde mi cambio de vida, estoy muy
muy bien, con mucho trabajo y mucho ajetreo… os cuento, el primer día era todo
un descubrimiento, el camino en coche ya es todo un viaje, me voy de mi pueblo
de la Costa Brava a la montaña profunda, parecía una niña pequeña, mirando el
paisaje, no estoy acostumbrada a encontrarme con vacas por el camino.
Me pasé una semana y media yendo y viniendo, la verdad que era
un suplicio tanto coche, no me gusta conducir, así que imaginaos 4 horas de
coche diarias, pero hay algo bueno en todo esto, he visto los mejores
amaneceres y puestas de sol de toda mi vida.
Aunque también niebla, ¡mucha niebla!
Soy tutora de Educación Infantil, toooooda la educación
infantil, es decir, P3, P4 y P5. Tengo 18 alumnos, para mí todo un lujo,
viniendo de colegios con ratios de 30 alumnos por aula, pero aquí esto es
mucho, las demás aulas son de unos 8-9 alumnos, y como son tres edades
diferentes significa el triple de trabajo, 3 programaciones distintas, cada
día, a cada hora, tres actividades distintas a la vez… para una novata como yo un
lío la verdad.
Tengo a unas compañeras majísimas, las madres y los padres de
los alumnos también y unos alumnos muy muy revoltosos, parlanchines,
alborotadores… pero muy buenos la verdad, todo este nerviosismo es propio de su
edad.
Como es una escuela muy pequeña sólo somos 4 maestras y media,
más las especialistas que vienen un día o dos a la semana (educación física,
música, inglés, francés…). Una escuela pequeñita, como podéis ver:
Para que os hagáis una idea, todo el pueblo es así, de piedra,
muy bonito, pero hace mucho frío y mucho viento, la tramontana.
¡Hasta dentro de poco!