martes, 2 de enero de 2018

Mucho ha llovido...

Ha pasado mucho tiempo, ¡¡¡años!!! que no me paso por aquí, pero es muy buena señal. He estado tan ocupada que no veía el momento de actualizar mis blogs.


He estado trabajando de maestra en varias escuelas, la mayoría de las veces han sido experiencias fantásticas. Han sido muchos kilómetros, muchas personas maravillosas que he encontrado por el camino, alum@s, padres y madres, maestros, directores... han sido muchas maletas, mudanzas en un "dit i fet", cafés, cambio de coche, cambio de pc, cambio de móvil, más maletas, libros, nuevos horarios, nuevas rutinas, nuevas casas... todo con mucha ilusión.

Estuve trabajando con alumn@s de educación infantil, algo que adoro, pero cosas de la vida, en una de esas substituciones que se te acaban y al día siguiente te asignan otra, de golpe y porrazo me cae una substitución en un instituto, como orientadora educativa y, por si fuera poco, también me asignan la tutoría de la UEC. ¿Qué es eso? Pues son las siglas de Unitat d'Escolarització Compartida, un recurso temporal entre instituto y ayuntamiento para alumnos con baja motivación, absentismo o problemas de comportamiento. Imaginaos yo, que venía de trabajar con alumn@s de 3, 4 y 5 años, que había pasado por varias escuelas rurales... y de golpe voy a parar ahí.  Para ser sincera me asusté un poco, no me esperaba trabajar en secundaria, y menos aún en uno de los cargos más complicados de un instituto como psicóloga.


En este aula había unos 7 alumnos, un poco macarras, un poco pasotas, un poco desmotivados, un poco... de todo. Fueron unos meses duros, porque yo no tenía experiencia, porque ellos llevaban sus propias mochilas, cada uno con sus problemas y sus dificultades. Pero al fin ves pequeños cambios y mejoras y eso, para nosotros, son grandes triunfos. Me alegro mucho de haber pasado por allí, de haberlos conocido y de haber crecido como persona con ellos. Ahora, cuando me los encuentro fuera del insti, nos saludamos, nos abrazamos y nos alegramos muchísimo de reencontrarnos.

 Tres años después, sigo en el mismo instituto, ahora soy tutora de la USEE (Unitat de Suport a l'Educació Especial), que por cierto ahora se llama SIEI (Suport Intensiu a l'Educació Inclusiva), que me gusta mucho más. Es un aula con un máximo de 10 alumnos con trastornos del aprendizaje. Suelen ir unas horas al aula ordinaria y otras a la SIEI,

En clase SIEI hacemos las asignaturas instrumentales (catalán, castellano y matemáticas), pero también hacemos clase de trabajo cognitivo, para mejorar la memoria, la lógica, la atención y la concentración; otra de las actividades es la relajación y meditación, también hacemos yoga, dictados musicales y un sinfín de "asignaturas" que me saco de la manga para intentar sacar el máximo de estos alumn@s, para que puedan mejorar día a día, avanzar y llegar a ser autosifucientes.

Ahora me estoy mentalizando para llevar a cabo una decisión importante, pero como aún no me lo acabo de creer ya os lo contaré en el siguiente post.
¡Hasta muy pronto!

lunes, 10 de marzo de 2014

Borrando palabras



¡Buenas! Vaya, pensaba que hacía menos tiempo que me pasé por aquí…

Espero que ya seáis unos cuant@s los que me leéis porque ya vengo con nuevas ideas para desarrollar en clase y creo que les podéis sacar mucho provecho.

A ver, ¿cuántas fichas calculáis que hacéis al mes para trabajar el trazo? Depende de las escuela donde estéis y la línea que siga, verdad? Pero muchas veces es una burrada la de fotocopias que hacemos para que nuestros alumnos puedan practicar el trazo, ya sea con letra de palo, “lligada”… pues bien, os vengo con una idea que me ha encantado, lo vi en un blog y me sabe fatal no recordar cuál, ¡pero es una idea buenísima! 

En el cole donde trabajo, educación infantil trabajamos a través de rincones, los ”racons”, que funciona de la siguiente manera: hay grupos de 4-5 alumnos mezclados en edad, excepto P3 que va junto, cada día le toca un rincón diferente (matemáticas, lengua, plástica o juego), y cada grupo va rotando, entonces en el rincón de lengua tenemos que practicar mucho el trazo, las letras, leer, relacionar… a través de fichas y actividades diversas. Entonces vi una técnica genial, consta en que la maestra escribe en la pizarra las letras que quiere trabajar, en este caso estoy trabajando la a, e, i, u con “lletra lligada”, las escribo con tiza en la pizarra y los alumnos tienen que reseguirla con un pincel mojado en agua. Es fantástico porque se sorprenden cuando la letra desaparece, además trabajan con diferentes materiales y les encanta la pizarra.



La verdad es que la pizarra es algo mágico, están deseando trabajar en ella, cuando se han portado muy bien les doy permiso para dibujar, hacer letras, números, escribir sus nombres… disfrutan como camellos, y el hecho de que con un pincel hagan desaparecer las letras les entusiasma.



Para practicar el trazo utilizo otros materiales, como son la caja de harina, que consta de coger una caja, echarle harina hasta que quede la base cubierta, y luego con el dedo deben dibujar la letra que estamos trabajando. También vamos mucho al patio a practicar letras y palabras en función de la edad que tienen. Como es una escuela rural, no es difícil encontrar palos y un trocito de tierra en el patio para poder ponernos a escribir y a dibujar en el suelo, luego los otros tienen que “adivinar” que hay escrito.


Otra de las actividades que realizo de vez en cuando es dibujar letras en la espalda i ellos tienen que adivinar cuál es.


Pues ahí lo dejo, hasta pronto!!!

lunes, 16 de diciembre de 2013

La maestra del pueblo



Un mes y casi medio ha pasado desde mi cambio de vida, estoy muy muy bien, con mucho trabajo y mucho ajetreo… os cuento, el primer día era todo un descubrimiento, el camino en coche ya es todo un viaje, me voy de mi pueblo de la Costa Brava a la montaña profunda, parecía una niña pequeña, mirando el paisaje, no estoy acostumbrada a encontrarme con vacas por el camino.




Me pasé una semana y media yendo y viniendo, la verdad que era un suplicio tanto coche, no me gusta conducir, así que imaginaos 4 horas de coche diarias, pero hay algo bueno en todo esto, he visto los mejores amaneceres y puestas de sol de toda mi vida.

Aunque también niebla, ¡mucha niebla!



Soy tutora de Educación Infantil, toooooda la educación infantil, es decir, P3, P4 y P5. Tengo 18 alumnos, para mí todo un lujo, viniendo de colegios con ratios de 30 alumnos por aula, pero aquí esto es mucho, las demás aulas son de unos 8-9 alumnos, y como son tres edades diferentes significa el triple de trabajo, 3 programaciones distintas, cada día, a cada hora, tres actividades distintas a la vez… para una novata como yo un lío la verdad.

Tengo a unas compañeras majísimas, las madres y los padres de los alumnos también y unos alumnos muy muy revoltosos, parlanchines, alborotadores… pero muy buenos la verdad, todo este nerviosismo es propio de su edad.


Como es una escuela muy pequeña sólo somos 4 maestras y media, más las especialistas que vienen un día o dos a la semana (educación física, música, inglés, francés…). Una escuela pequeñita, como podéis ver:

Ya desde el primer día me puse a buscar piso, esos viajes eran un suplicio, así que a la semana ya tenía piso, pequeñito pero muy coqueto y agradable, muy rural y lo mejor de todo creo que no llega ni a ¡40 segundos de la escuela!


Para que os hagáis una idea, todo el pueblo es así, de piedra, muy bonito, pero hace mucho frío y mucho viento, la tramontana.


La verdad es que es imposible resumir en unas líneas todas las aventuras vividas, poco a poco os iré contando qué hacemos en clase, cómo trabajamos y qué materiales utilizamos, porque estoy haciendo algunos cambios que os contaré en el próximo post, que será muy pronto.



¡Hasta dentro de poco!